Estoy contenta de que la cordura haya prevalecido y que Carmen esté de nuevo al aire. "Haiga sido como haiga sido", sabemos ahora que las "preguntas impertinentes" no son suficiente razón para la censura. Y esta batalla la ganamos mas bien los ciudadanos, porque ahora también sabemos que la opinión ya no está solo controlada por los medios tradicionales. Ahora existen muchas formas de expresarse y hay que aprovecharlas, y quien lo dude que les pregunte a los pueblos árabes.
Lo interesante de este artículo es que cuenta muchas partes de la historia que, o no habíamos oído o de plano no habíamos "atado los cabos". Para leer completo pícale aquí.
por Jenaro Villamil. Versión del texto publicado en la edición No. 1789 de la revista Proceso en circulación.
Una semana antes del viernes 4 de febrero, el día en que Carmen Aristegui lanzó al aire la incómoda pregunta que desató la furia de Los Pinos –“¿tiene o no problemas de alcoholismo el presidente de la República?”-, la guerra soterrada entre Telmex y Televisa, los dos gigantes de las telecomunicaciones mexicanas, tomó un nuevo y dramático matiz.
Televisa presentó el 28 de enero ante la Comisión Federal de Competencia una denuncia por presuntas irregularidades contra la autorización que este organismo antimonopolio emitió en 2009 para que iniciara el servicio de la empresa Dish México, formada en un 51 por ciento por MVS, de Joaquín Vargas, 49 por ciento por Dish Network de Charles W. Ergen y Telmex como socio en los servicios de venta y facturación.
Los abogados de Televisa argumentan que esta sociedad se trata de una “simulación” porque Telmex tiene un papel más relevante que el de simple socio en facturación. Telmex está impedida hasta ahora para dar servicios de televisión restringida debido al candado existente en su título de concesión y que ha generado una fuerte disputa entre la empresa de Carlos Slim y el gobierno de Calderón.
Televisa ha presionado a través de todos los medios posibles para impedir que Telmex ingrese a este mercado que es el de mayor crecimiento anual –arriba del 11 por ciento- y es clave para los servicios de triple play (audio, video e internet).
Desde que la Comisión Federal de Competencia aprobó la sociedad conformada por Dish México esta empresa ha representado una fuerte competencia para el sistema de televisión satelital Sky (el de mayor volumen de ganancias para Televisa), que antes de la existencia de este adversario comercial dominaba hasta en un 95 por ciento en este mercado. La oferta de Dish, más barata y con 6 canales de alta definición, le ha arrebatado cerca de 2 millones 200 mil clientes a Sky.
En buena medida, el noticiario matutino de Carmen Aristegui, con el mayor índice de rating (0.62 puntos en diciembre de 2010, de acuerdo con INRA), retransmitido en la señal de canal 52 de MVS a través de Dish se convirtió en el punto más atractivo de venta para un sector de clase media en Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México donde ha penetrado este servicio de forma más acelerada.
No sólo la feroz disputa en el mercado de televisión restringida está en juego. Los comisionados de Cofetel avanzaron en los últimos meses con los ejecutivos de MVS en el refrendo de una buena parte de las concesiones vencidas en la banda de 2.5 Ghz. La empresa de Joaquín Vargas posee el 65 por ciento de cerca de 190 Mhz de esta banda, mientras Ultravisión posee el 13 por ciento y otros socios minoritarios.