Celia II


Pienso, mi amor, en ti todas las horas
del insomnio tenaz en que me abraso;
quiero tus ojos, busco tu regazo
y escucho tus palabras seductoras.

Digo tu nombre en sílabas sonoras,
oigo el marcial acento de tu paso,
te abro mi pecho -y el falaz abrazo
humedece en mis ojos las auroras.

Está mi lecho lánguido y sombrío
porque me faltas tú, sol de mi antojo,
ángel por cuyo beso desvarío.

Miro la vida con mortal enojo,
y todo esto me pasa, dueño mío,
porque hace una semana que no cojo.
3 Responses
  1. Delia Gámez Says:

    creo que el poema va dirigido a un militar que vendría siendo el amor por el cual desvaría...


  2. Como dirían en la tierra que me vió nacer, respecto de la última frase:
    "!rima, Tacho, rima!"


  3. bue ni si mo!! el final es la cereza del pastel que barbaridad. La hilacion es maravillosa pero el final bueno.......no hay palabras.
    Gracias a Novo y a nuestra Celita