Celia II
Este texto se publicará en Viernes de Dolores, cuando el país vive su propia crucifixión. El horror nacional crece y se desborda. De pronto ninguna teoría es capaz de explicarlo por entero y las palabras lucen gastadas para narrar su atroz dimensión. Sólo se sabe que la degradación del lenguaje, su empobrecimiento, también proviene de una ausencia de sentido ante la deshumanización colectiva cada vez más patológica que aceleradamente viene sucediendo entre nosotros. ¿Cómo se explica el que un grupo criminal mate sistemáticamente a varios cientos de personas que pasan en tránsito por su exterminadora y cruel aduana, que esclavice a otras reclutándolas contra su voluntad y que secuestre a las restantes para pedir rescate por ellas como si fueran viles mercancías?

Lo concomitante en tal fenómeno es parte estructural en esta hipócrita guerra putrefacta desde su origen contra el crimen organizado: las complicidades federales, estatales y municipales, las connivencias policiacas con los mafiosos, el silencio oficial protector y la participación directa de servidores públicos en su desalmada encomienda, el maltrato y las amenazas a los parientes de los desaparecidos, cuestiones que revelándose llevarían a descubrir otras muchas fosas rebosantes de escarnecidos cadáveres y acaso campos de concentración llenos de quienes han sido detenidos por una maligna y facciosa voluntad.

¿Cómo se le llama a hechos así? ¿Genocidio sistémico? ¿Holocausto selectivo? ¿Tribulación generalizada? ¿Degradación multitudinaria? ¿Siega histórica? ¿Delincuencia idiosincrática? El lugar común diría: pérdida de valores, y tendrá razón parcial aunque no vaya más allá de un lamento mecánico y por ello ignorante de que la sociedad mexicana, debido a razones educativas, políticas y económicas, nunca ha superado en su desarrollo moral colectivo el intercambio instrumental, aquella orientación premio-castigo propia de la niñez y la adolescencia, inaplicable ahora por la venalidad generalizada del sistema, y no se ve cómo podría transitar colectivamente hacia la etapa de las convicciones morales autoasumidas, esa condición adulta de una sociedad.

Entretanto, el narcotráfico es sobre todo un problema de salud pública y de mercado, como ha señalado Javier Sicilia, este líder moral surgido repentinamente desde el fondo del dolor mexicano, legitimado no sólo por su pérdida filial sino por su obra reflexiva, por su vida misma se podría decir. ---Y además es poeta ---afirmó una de mis alumnas cuando en clase hablamos del tema de las formas con que lo real se manifiesta entre nosotros estos días viacrúcicos. El tema del fatalismo trascendente, cuando las cosas ocurren por una causa inevitable.

Es tan simple como estúpido: en toda guerra un bando vence al otro, o bien los contendientes quedan tan extenuados que deciden abandonar la disputa. La guerra calderonista contra las drogas, que hasta hoy se ha perdido, durará cuando menos siete años más según el maleante tartamudo que dirige la oscura e ineficaz secretaría de seguridad pública. Su intención obvia es hacerse imprescindible en el próximo sexenio y así obtener impunidad. Pero la cínica afirmación no se sostiene con evidencias: continúa sin sancionarse el capital económico del crimen organizado, el cual ingresa al sistema y nutre su adicción financiera; la corrupción y la impunidad ante la ley son casi absolutas; las policías están al servicio del narco. Los dos bandos resultan asimétricos y, a menos que la represión se convierta en una exterminación total, como es hoy (o peor) será mañana.

El punto vital de mi enemigo es mi propio punto vital, enseña uno de los proverbios del Go, juego oriental de estrategia. Si las drogas son el punto vital de esta malhadada guerra, que entre todas sus aberraciones hace culpables a las víctimas, a los adictos, deben ser legalizadas por los estados nacionales (o lo que queda de ellos) para lograr la derrota del enemigo. Ilegalizar es criminalizar, como lo demuestra la historia una y otra vez.

Mientras esto llega, si llega al fin, continuará la explosión de odio violento y resentimiento social que asola a nuestro crucificado país, pues tal es un mero efecto de diversas causas seculares sintetizadas en una principal: la desigualdad infame.

Hiperpolítica, en suma, es ir más allá de la política habitual, la que busca el poder formal y su reproducción constante, para restablecer el sentido de lo humano en medio de la barbarización general. Y comienza cuando una sociedad decide salir a las calles para manifestar su fuerza mayoritaria, organizarse horizontal y localmente con el objetivo de resistir ante el mal, pensar grupalmente para comprender la naturaleza verdadera y no sólo verosímil de los fenómenos perversos que la amenazan, hacerse a sí misma desde el dolor sufrido para prescindir de las mediaciones ideológicas que la han mantenido sujeta al miedo y a su semiótica feroz. Hiperpolítica es disponer que la opresión del horror se ha terminado y que debe lucharse contra él tanto desde la individualización como desde el compromiso social. Hiperpolítica es una cultura común del despertar que se constituye aceptando la deuda con lo mejor del pasado humano y la responsabilidad con el futuro. Nunca es un asunto privado sino público, aunque resuelva privadamente el dilema ontólogico “yo-tú”. Conduce a un estado que se denomina “disponibilidad”: salir de uno mismo para buscarse y reconocerse entre los otros. Hiperpolítica es la construcción inteligente de otra libertad posible. Es un sentido distinto del “como si” habitual.

A propósito de nuestro Viernes Santo Católico, Fernando Solana nos regala una reflexión, si bien apocalíptica como es su estilo, llena de verdades e intuiciones que estimulan y provocan sentimientos e ideas. En Milenio Diario de hoy.
Celia II
Los tres mensajes principales que salieron desde Cuernavaca, mediante la voz de Javier Sicilia, tienen distintas implicaciones y destinatarios. Veamos cada uno:

1. RENUNCIA: “Los más de mil crímenes sin resolver (…) me hacen, a nombre de la dignidad ciudadana, exigirle a Marco Antonio Adame –gobernador de Morelos-, a Miguel Ángel Rabadán –presidente municipal de Jiutepec-, a Nereo Bandera Zavaleta –presidente municipal de Temixco-, a Manuel Martínez Garrigós – presidente municipal de Cuernavaca-, a los integrantes del Congreso –los partidos políticos saben quiénes-, que renuncien inmediatamente a sus cargos”. Se abre así un proceso de presión política, que dados los antecedentes en esa entidad (Carrillo Olea y Estrada Cajigal), se antoja una ruta compleja para el gobernador y los presidentes municipales. En semanas venideras veremos hasta donde se llega.

2. REUNIÓN: “Convocamos a una nueva marcha nacional para el domingo 8 de mayo en el Zócalo de la ciudad de México (…) Nosotros, la ciudadanía de Morelos, saldremos caminando de la Paloma de la Paz, el 5 de mayo, para pernoctar el 7 en La Espiga, escultura de Rufino Tamayo, que se encuentra el Centro Cultural de la UNAM y salir el día 8, a las 7 de la mañana rumbo al sitio donde se asientan los Poderes de la República –el Zócalo capitalino- (…) Vamos a ir caminando en silencio, para evitar que los gritos nos confundan y la indignación, que lleva a veces al insulto, nos haga perder el amor”. Se invitó a que desde otros estados se llegue al mismo punto y se estableció que lo único que se llevaría como símbolo será una bandera nacional que nos identifica y une a todos. La cita está hecha. La sociedad civil ofrece así una nueva oportunidad.

3. REFUNDACIÓN: “Vamos a convocarlos para que ustedes, que han malversado nuestro dinero, que han decidido sin consultarnos en nuestro nombre, que han defraudado nuestra confianza, y que han puesto al país en estado de emergencia nacional, a que firmen un pacto que les permita recuperar la representación de la Nación (…) este pacto debe ser firmado en el centro de la ciudad más dolida entre las dolidas: Ciudad Juárez, Chihuahua”. Este pacto tiene también como destinatarios a los ciudadanos y da la posibilidad de que el dolor no se convierta en odio, sino en amor y lucha por la justicia. Más adelante se darán a conocer los términos de este pacto.

Recogido del artículo de hoy que escribe Emilio Álvarez Icaza (defensor de los derechos humanos) en El Universal. Pueden leerlo completo aquí.

Que las vacaciones próximas nos inviten a reflexionar. Descansemos, pero no olvidemos nuestros compromisos, y sobre todo, compartamos el mensaje: "queremos paz y nos la vamos a ganar".
Celia II

Queremos vivir en otro país en el mismo territorio.

CONTENIDOS
1. Diagnóstico.
2. Misión
3. Visión
4. Valores
5. Principios de Acción
6. Objetivos
7. Programas:
- Operación 001: Diputados coludos, ciudadanos rabones
- Si cedemos el paso avanzamos
- Operación 002: 500 ciudadanos sobre 500 diputados.

Para quiénes pedían propuestas ciudadanas concretas y organizadas, sin partido político y de altísimo contenido social, he aquí una que me encontré y de la que me encantaría escuchar sus opiniones e ideas. Este es el sitio de DHP donde encontrarán toda la información, y está es la página con el plan estructurado. ¡A darle! (para ver el plan completo, clic hasta abajo donde dice "artículo detallado")


Celia II
Borges dijo ser conservador porque era la única opción política que renunciaba al entusiasmo.

No menos irónico es el caso de quienes se declaran “liberales” pero se dedican a descalificar con violencia a quienes no lo son. Los liberales son unos señores reposados que creen que la verdad está al medio; y su deportivo escepticismo los hace más civiles y relativistas. El liberalismo descree de las luces extremas, las de los iluminados; cultiva, más bien, una zona gris, esa gama de matices que llamamos tolerancia.

Los neo-liberales (o neo-cons) son los marxistas de hoy: están poseídos por convicciones incólumes, autoritariamente jerárquicas, y nos ven a los demás como neófitos en trance de aprendizaje, a punto de ser salvados por la verdad universal del mercado. (Julio Ortega)

Tomado del de Jesús Silva Herzog Márquez.


Celia II

La Belleza está ahí... solo queriendo verla y aparece como por arte de magia.
Somos Mujeres. Somos Bellas. Somos fuertes.
Celia II
Celia II
Nuestra ignorancia suele no saberlo, pero los poetas han sido y siguen siendo los legisladores ocultos de la humanidad. Se explica el por qué: emplean lenguaje cargado de sentido a su máxima capacidad; la casa del ser es el lenguaje; la casa del ser es la poesía.
Cuando los poetas se exilian en el silencio, cuando son abatidos por él, los tiempos que corren están profundamente trastornados. La estética del silencio aparece originada por dos situaciones: en el horror de la época, como surgió al conocerse el holocausto de los nazis, o cuando el encuentro con la divinidad, que enmudece al místico porque lo arroba, y entonces el lenguaje, aparato simbólico, ya no puede, ya no debe decir.
Hölderlin se preguntó para qué poesía en tiempos de penurias. Javier Sicilia escribió hace tres días su último poema ante el despiadado asesinato de su joven hijo: “El mundo ya no es digno de la palabra/ nos la ahogaron adentro/ como te asfixiaron/ como te desgarraron a ti los pulmones/ y el dolor no se me aparta/ sólo queda un mundo./ Por el silencio de los justos/ sólo por tu silencio y por mi silencio, Juanelo/ el mundo ya no es digno de la palabra, es mi último poema,/ no puedo escribir más poesía… la poesía ya no existe en mí.”
El dolor de un padre es sagrado. El silencio de un poeta también. Pero la estremecedora afirmación repetida dos veces: “el mundo ya no es digno de la palabra”, nos atañe a todos. Lo mismo un ácido texto escrito por Sicilia en carta abierta a los políticos y a los criminales recién publicado por Proceso: “Estamos hasta la madre”. También su franca propuesta de un pacto con los cárteles del narcotráfico, un armisticio, apelando a la conclusión histórica de todas las guerras, con excepción de aquellas donde uno de los enemigos derrota incondicionalmente al otro. Asimismo su exhorto a que los criminales recuperen un código mafioso de conducta, absteniéndose de secuestrar, torturar y matar gente inocente. Son asuntos de interés general.
El pacto con el narco seguramente no va a ocurrir por varios escollos: desde los impedimentos formales (leyes, racionalidad estatal, principios democráticos), hasta la razón misma de la cuestión, sintetizada así por Mónica Serrano, experta en la relación entre narcotráfico y conflicto, según un cable reciente de AFP: “una fuente del lucro global de las drogas se encuentra en la política usada para combatirlas”. Los mecanismos de represión se convierten en dispositivos que aumentan la rentabilidad. Por ello creció el beneficio económico de los narcotraficantes desde 2007 al aumentar 68 % el precio minorista de la cocaína.
Este aumento de las ganancias debidas a la guerra contra el narcotráfico y entre el narcotráfico, en la cual las policías y el ejército son un bando más interviniendo en la pugna, ha vuelto tan complejo como incontrolable el fenómeno depredador. Las evidencias surgen una y otra vez, componen un cuerpo de demostración objetiva: el narcotráfico ha penetrado la estructura del poder económico, de la representación política y de ciertas formas culturales, pues su capacidad monetaria en efectivo, la inagotable cantidad de recursos líquidos que requiere mover a través del sistema financiero, equivalentes a varias décimas del producto interno nacional, además de su avasallante política de plata o plomo, su semiótica del miedo indiscriminado, su culto a la muerte violenta, su materialismo sangriento e inmediato, todo ello es un reverso que corresponde al anverso, un segundo estado de mano izquierda aparentemente ignorado por la mano derecha del estado formal. Es decir, parte de lo mismo.
Los buenos, finísimas personas, están de acuerdo con los malos: sus bancos, sus empresas, sus aviones, su tecnología, sus campañas de represión, sus instituciones de combate y castigo. Comparten el culto al dios dinero. La única solución, si la hay, es la legalización de las drogas, pero los mismos estados nacionales están contra ella porque afecta sus intereses inconfesos. Por lo demás, el narcotráfico y el crimen organizado son un fenómeno patológico de este fin de época, un efecto depredante y perverso del capitalismo agónico, no una causa sino una excrecencia mayor de este sistema mundo que parece haber comenzado o una catástrofe o una transformación.
Más que nunca, entonces, requerimos la palabra. Tal vez no la de un poeta, su silencio es intocable, pero sí la de toda la gente decente e indignada, esa mayoría que aún no se ha decidido a actuar de un modo más determinado, más colectivo, más radical ante el horror que nos acecha y ataca. Determinado, colectivo, radical: palabras, pero su mero enunciado es una perspectiva, una posibilidad.
Javier Sicilia será consolado por su fe. No por ser un hombre justo, que lo es como muy pocos, tendrá aplacamiento bálsamo en su precariedad humana, sino porque el dolor interminable, el que rompe el corazón, se convierte en profundo y como si fuera una escuela del alma. El dolor y el espanto nos rodean pero no deben vencernos. No es inútil ser nietzscheanos en esta hora oscura, terminal: “Lo que no nos aniquila nos vuelve más fuertes”, y más valientes y más compasivos, porque el mal, así arrebate injustamente vidas en flor como lo ha hecho, así sea sirviente nihilista de la muerte y el sufrimiento, siempre es banal ante lo sagrado humano: la palabra, el amor, la solidaridad, el cuerpo espiritual de una sociedad que ante lo atroz debe organizarse.

Tomado del blog de Fernando Solana, dedicado a Javier Sicilia en su entrada del viernes 8 de abril. Como casi siempre, el maestro me deja entumecida e inquieta a la vez.
Celia II

En un plazo no mayor a 5 años han muerto más de 31,000 personas por la violencia que se vive actualemente en México. Se estima que en los próximos años la cifra aumentará exponencialmente.

En diversos Estados de la República Mexicana, la ciudadanía se ha organizado contra la NO violencia, logrando reunir a miles de personas en marchas. Lamentablemente, el impacto de éstas se ve limitado al corto plazo que dura en la memoria de las personas dichas acciones, y el resultado queda en el olvido.

31Mil es un proyecto que reunirá en un plazo no mayor a seis meses a 31,000 personas que vivan dentro y fuera del país que deseen la paz en México sin hacer distinción entre ellas por su estado socio-económico, color de piel, religión y/o creencias políticas.

Para llevar a cabo el proyecto 31Mil, fotografiaré en los 32 Estados de la República Mexicana y algunos Estados de la Unión Americana cerca de mil fotografías de retrato por entidad, de personas reales, ciudadanos que deseen participar en un proyecto por la paz.

Una vez arrancado el proyecto, las fotografías serán impresas en carteleras blanco y negro, pegadas en las ciudades y calles mas afectadas de México y formarán parte de una intervención urbana donde la gente las pueda apreciar y las haga saber a las personas que no están solos, que son miles y miles de personas deseando la paz, y cuando eso sucede, el verdadero cambio comienza a suceder.

Será en el mes de Abril y Mayo que realicemos las primeras intervenciones en Ciudad Juárez – Chihuahua, Ciudad Camargo – Tamaulipas y China – Nuevo León. Dichas intervenciones consisten en detectar las calles mas violentadas de cada una de las ciudades, calles donde el crimen organizado ha dejado su huella, donde las personas temen cruzar o que simplemente han ido quedando abandonadas por el éxodo inevitable que han sufrido las personas al huir de la violencia, son justo esas calles las que queremos rescatar, queremos volver a poblar de paz.

Son 100 las fotografías que se instalarán en cada ciudad, y para eso, hace falta mucha ayuda. Si vives en las ciudades antes mencionadas y quieres ayudar en la instalación de las fotografías, contáctanos. Si sabes de calles violentadas en cada una de esas ciudades avísanos para considerarlas. Si deseas apoyar económicamente para solventar los gastos de impresión también hace falta mucha ayuda. Contáctanos a : dany@diegohuerta.com

Si quieres conocer más de este proyecto, o mejor, si quieres participar de alguna manera, aquí está su página web.

Celia II


Sigo pensando en los "como" y me encuentro con esta otra idea que captura mi atención por mi corazón bloggero... El diario español El País ha publicado este reportaje "La palabra contra la Violencia en México" refiriéndose a los sucesos de los últimos días y en específico a la última marcha convocada por Javier Sicilia. Después de mencionar las noticias más recientes, se enfoca en una estrategia puntual:

"El mundo ya no es digno de la palabra, no puedo escribir más poesía... La poesía ya no existe en mi"(dijo Sicilia). Pero no todo el mundo piensa como él. Otros, como la escritora Lolita Bosch (Barcelona, 1970), nacida en Cataluña pero vinculada al país desde hace años, cree que más que nunca los mexicanos tienen que levantar la voz. Y ella lo ha hecho a través de un blog, Nuestra Aparente Rendición, "un espacio en el que convocar todas las voces de México sin vinculación política y sin instituciones detrás", según nos cuenta ella en una entrevista telefónica desde Barcelona. "La cosa nació para tener una plataforma que genere diálogo y que nos ayude a pensar entre todos qué está pasando en el país. México se ha ido a la mierda, la gente está aterrorizada. Nos ganó el miedo, así que sólo nos queda la palabra".

Ahora "Las Perras del Mal" somos amigas de "Nuestra aparente rendición", por lo que aparece en nuestra lista de blogs, en la columna de la derecha y desde ahí podemos seguirlo y comentarlo. Sigan leyendo la nota de El País aquí, o vayan directo al blog de Lolita para que conozcan como vivió la marcha de ayer. Es otra manera de hacerse oir la voz.

Celia II

En las más de 30 marchas en contra de la inseguridad a las que llamó el poeta Javier Sicilia este miércoles en el país dieron un ultimátum para las autoridades de Morelos y también para el presidente Felipe Calderón.

El gobernador, Marco Antonio Adame, y el procurador del estado, Pedro Ruiz Benitez, tienen de plazo el 13 de abril para dar con los asesinos del hijo del poeta Juan Francisco y cuatro jóvenes más encontrados en Temixco, la semana pasada.

Javier Sicilia encabezó la manifestación realizada en Cuernavaca, Morelos, la más concurrida por los ciudadanos que uniformados con una camisa con la foto de Juan Sicilia pidieron justicia y paz. En ésta, fueron rechazados los políticos que intentaron unirse a la marcha.

El el Zócalo morelense, el poeta lanzó un reto al “gobierno omiso” que hasta ahora no ha resuelto el asesinato de su hijo y sólo ha identificado a dos de los asesinos, pero sin conocer el móvil del crimen.

Sicilia anunció que se quedarán en plantón hasta el próximo 13 de abril en la Plaza de Cuernavaca.

En los días que dure el plantón, se abrirá un espacio de diálogo ciudadano, donde se debatirá cómo detener lo que llamaron la “absurda guerra” porque dijeron la mayoría de los muertos son sociedad civil.

Esta reflexión colectiva determinará cuál será el siguiente paso de su lucha que anunciará el 13 de abril. Adelantó que si los responsables del multihomicidio no son presentados en esa fecha se convocará una marcha en la ciudad de México, exigiendo la renuncia del Gobernador y el “alto impostergable” a la guerra.

Hoy en El Economista. Leer completo aquí.

Celia II

Ver Marcha por Sicilia en un mapa ampliado

Culiacán no aparece en este mapa, el noroeste no tiene representantes por la paz...
Celia II

He llegado felizmente a la edad en que las diferencias de género comienzan a esfumarse para agrupar a hombres y mujeres casi sin distinción en la etiqueta común de viejos. (Nada de plenitud ni edad dorada, ni esas fantasías fruto de la mala conciencia.) Eso no significa que se nos trate igual sino sólo que al menos compartimos ese nuevo criterio de discriminación. Desde un pasado remoto, y las opiniones no han cambiado mucho, las viejas daban motivo a chistes y cuentos burlescos mientras que los ancianos alcanzaban mayor grado de respeto.

Sin embargo, gracias a la memoria de un pasado ya lejano, puedo disfrutar, por mí misma y por mis hijas y nietas, las ventajas de vivir en el siglo XXI.

Todavía hay muchas mujeres, y eso me preocupa y me enoja, que aspiran a vivir sin trabajar y a conseguir un buen marido, o sea un marido rico, que las mantenga y las convierta en reinas de la casa.

Todavía la meta de muchas niñas y jóvenes es mejorar su figura, encontrar el maquillaje que las favorezca, vestir según la última moda, parecerse a las modelos y ser valoradas por su aspecto físico, no por su carácter o su inteligencia.

Las nuevas libertades se limitan para muchas mujeres a la emoción de los bailes frenéticos nocturnos, que las trasladan a una dimensión lejana de su mundo, y al uso de la píldora anticonceptiva, con la que tienen la opción de multiplicar el número de parejas ocasionales; también entran dentro de los presuntos beneficios de la libertad las experiencias con el alcohol y las drogas. Porque la publicidad se ocupa de convencernos de que el sexo, como el libro, la película, la reunión o el cereal del desayuno deben ser divertidos. ¿Cómo puedo entender esas actitudes cuando mi mayor gozo es mi trabajo, mi orgullo son mis hijos y mi mayor deseo seguir enseñando y escribiendo hasta el fin de mis días?

Extracto del artículo de Pilar Gonzalbo, también de Nexos, que se puede leer completo aquí.
Celia II

Yo pienso que las mujeres son mejores que los hombres. Quizás es controvertido afirmarlo, pero realmente lo creo. Y no es que me desagraden los hombres. Al contrario, algunos me gustan mucho. Estoy casada con un hombre y sé que algún día cuando crezcan nuestros dos hijos se convertirán en hombres. Mi padre fue hombre. Algunos de mis mejores amigos son hombres. En México hay algunos muy distinguidos. Pero sencillamente creo que las mujeres son superiores a los hombres.

Como escribió alguna vez la periodista Anna Quindlen y con razón: “¿Te has dado cuenta de que lo que es clasificado como un hombre fantástico sería sólo una mujer adecuada?”. Y como dice el dicho: “Me cayó el veinte”. Lo que espero de mis amigos hombres es que sean limpios, tengan buenos modales y sean capaces de articular una oración con sujeto, verbo y predicado. Lo que espero de mis amigas mujeres es el amor incondicional, la habilidad para entender cuándo estoy desconsolada, la total voluntad para acompañarme en cualquier batalla a cualquier hora y la capacidad para decirme qué estilista en México sabe cortar el pelo chino.

Denisse Dresser en la Revista Nexos, que presenta en este número textos escritos solo por mujeres, coordinado por Marta Lamas. No se lo pierdan amigas, para enterarnos de como piensan las mujeres mexicanas de avanzada. Leer el artículo completo aquí.
Celia II

¿Conocemos a gente que se haya beneficiado indebidamente de un puesto público?

Siiiiiií, a mucha, muchiiiiiísima. Incluso muchos de nosotros estamos acostumbrados a “pedir favores” a nuestros “contactos”. Una mexicanada abierta y alegremente aceptada por casi cualquier alma nacional. “Tengo palancas” decimos orgullosos. Eso es de alguna manera beneficiarse indebidamente de un puesto público. Hace mucho que la solidaridad y la confianza de las verdaderas redes sociales se convirtió en la hipocresía superficial del “quedar bien” para cosechar favores. Todo esto se promueve ampliamente en México y les produce extrañeza, por ejemplo, a los europeos que nos conocen.

¿Conocemos a personas con ganancia directa o indirecta del narcotráfico?

Siiiiiií, a mucha, muchiiiiiísima. De hecho, sería muy aventurado decir que conocemos a alguien que NO obtiene una ganancia al menos indirecta del narcotráfico, simplemente porque trabajamos en una economía que se mueve con el dinero lavado (o no) del narco. Todos participamos de alguna manera, intentando mantenernos en la periferia. No es cinismo, es la pura verdad.

¿Somos capaces de mostrar nuestro rechazo a esas conductas (y a esas personas en concreto) o nos gana el temor al qué dirán o al qué me podrán hacer?

¡Ajajá! Aquí si que entramos en terrenos pantanosos y resbaladizos. Yo siempre he sentido que el rechazo a “esas conductas” en Culiacán es, por decir lo menos, esquizofrénico. Por un lado es común percibir, con mayor intensidad conforme se eleva el círculo en la escala social, la evidente cara de “fuchi” que ponemos al hablar de los “buchones”. No los queremos en nuestras colonias, en nuestras escuelas, en nuestras iglesias y comunidades. Sin embargo, siguen siendo aceptados por debajo del agua, aduciendo un montón de razones, desde el miedo hasta la conveniencia. Y no me refiero a negarles oportunidades a los “hijos de” que finalmente no tienen la culpa de nada, pero que son marcados a fuego por la “buena sociedad” que solo acaba refundiéndolos en el odio del resentimiento, y por supuesto les da excelentes argumentos para vivir al margen de ella.

Algunas reflexiones para abrir el debate. Nadie tenemos las respuestas, por eso necesitamos compartir ideas, para sacar alguna conclusión clara y avanzar en congruencia. Ahí les van mis pensamientos a botepronto, esperando provocarlas (os) para continuar hilando juntas (os). CG

Celia II
Braulio Peralta en Milenio. 2011-04-04•Tendencias

A Paloma de Vivanco

No sé si usted ya lo pensó don Felipe, pero a los poetas les sirvieron cadáveres exquisitos para meditar la muerte de esos jóvenes en Cuernavaca, donde perdió la vida Juan Francisco, hijo del poeta Javier Sicilia. Muchos creadores por fin se reúnen a discutir formas de organización para demandarle a usted, don Felipe, un alto a la violencia.

Una compañera me sorprendió con que no existe la palabra, el término lingüístico para nombrar lo que significa la pérdida de un hijo. Viuda y huérfano los conocemos, pero la desaparición física de un hijo, ¿cuál podría ser, don Felipe? ¿Cómo se deletrea la muerte de los jóvenes en Cuernavaca que abandonaron esta vida y dejaron a familiares y amigos, para siempre?

A Socorro Ortega, la madre de Juan Francisco —donde quiera que esté— le mando un abrazo con la fuerza de la naturaleza. Todo se ha dirigido hacia su padre, premio de poesía Aguascalientes 2009, Javier Sicilia, el mismo que decidió escribir, dijo, su último poema: “como te/ desgarraron los pulmones/ y el dolor no se me aparta/ sólo queda un mundo/ Por el silencio de los justos…”

¿Cómo ve eso de acallar a un poeta, don Felipe? No sé qué piense usted, pero otra poeta, Esther Seligson, afirma que el silencio, cuando calla, estalla... ¿Será posible, en esta tierra de 8 mil 898 muertos, SIN IDENTIFICAR LAS CAUSAS, desde 2006? Honestamente, dudo de la sociedad civil, esa que ha estado imperturbable con la danza de los números: más de 34 mil muertos en el sexenio que va, y nada, ni pisca de movimiento.

¿Tendremos miedo, don Felipe? ¿Tendremos el alma carcomida como para inmovilizarnos al grado de dejar pasar el río de muertos como si nada sucediera en donde todo acontece? ¿Tendrá razón Javier Sicilia al decirnos que “el mundo ya no es digno de la palabra”? ¿Queda entonces la respuesta de la fuerza bruta? ¿Usted qué opina, don Felipe? Nos gustaría una respuesta, al menos.

No estoy seguro del silencio para patentizar el grito de los inocentes. No, en sociedades canallas, mezquinas que no saben que ellos bien pueden ser los siguientes. Creo en el silencio del poeta pero no en la muerte de la poesía. A los poetas corresponderá deletrear el mundo que vivimos; hacer que las letras, libres, tengan un signo de vitalidad y esperanza.

¡Nos vemos el miércoles, don Felipe! Si no va, igual lo recordaremos.

Leer la Carta abierta de Javier Sicilia a políticos y criminales.
Celia II
Todos y cada uno de los jóvenes que están pagando con sus vidas este infierno de país son como mis hijos, como los hijos de todos nosotros. Nos los están matando, por todo y por nada, de a gratis. Esto dice Javier Sicilia, poeta, periodista, activista cristiano de toda la vida, ante la indignación y la inmensa tristeza de saber a su hijo muerto.

Ahora que voy diario a la universidad percibo cuanta esperanza se respira en nuestros muchachos. Sinaloenses jóvenes que crecen estudiando y trabajando para vivir en el país que les estamos heredando. Y por supuesto también pienso en mi hijo, también universitario en una ciudad lejana, que todos los días me habla o me escribe con la voz llena de ideas nuevas y ganas de aportar. Y es ahí cuando me mata la culpa de ver lo que les estamos ofreciendo de país.

Yo ya no sé ni como ni por donde. Trabajo con entusiasmo cada día aunque sea para que en mis modestas trincheras los muchachos, nuestros muchachos, tengan una oportunidad, pero me veo tan pequeñita en este pandemonium, que hay días como este que me afectan profundamente estas noticias. Escucho a Javier Sicilia hablando con Carmen Aristegui y no puedo evitar llorar con él su pena, y entiendo perfectamente su reflexión cuando dice que "todos los muchachos son nuestros hijos".

Es ahí donde me detengo. Quizá esa sea la fórmula, la estrategia... que pensemos en todos los muchachos como nuestros hijos, que veamos en cada uno de aquellos que se cruzan con nosotros a diario como si fueran también hijos nuestros. ¿Podremos? con el muchacho de la universidad, con el de la tiendita, con el del semáforo, con los amigos de nuestros hijos, con los hijos de nuestras amigas, con los de las residencias y con los de las colonias... incluso con los que pasan a toda velocidad y con la música a todo volumen aventando latas de cerveza. Todos ellos son también y de muchas maneras como nuestros hijos, somos también responsables y tenemos que asumir esta responsabilidad.