Celia II

3. Saramago, crítico de la Biblia.
La última obra de Saramago, Caín, fue una crítica muy dura contra la Biblia, y en particular contra el Antiguo Testamento. La obra de Saramago irritó sobremanera a la Iglesia Católica, aunque el propio Saramago consideró que los judíos, más que los católicos, son quienes más debieran estarlo.
Pero Caín no es un simple panfleto ateísta. Es más bien, un alegato de quien, buscando la justicia en la tierra, no consigue entender episodios, ciertamente terribles, de la justicia divina que aparecen relatados en la Biblia. Sobre esta obra, Saramago opinó que:

la jerarquía eclesiástica se ha pasado años interpretando la simbología de la Biblia, pero se ha olvidado del contenido real, que, en su opinión, muestra un Dios cruel que toma decisiones arbitrarias.

"Dios no es de fiar", insistió el premio Nobel de Literatura. "No me interesa nada la lectura simbólica. Me interesa la letra del texto: la Biblia es un manual de malas costumbres, crueldad infinita, incestos y carnicerías".

"Caín" sigue la línea abierta por Saramago en 1991 con "El Evangelio según Jesucristo", una de sus novelas más polémicas.

En este caso, partiendo de la historia entre Caín y Abel, el escritor muestra su particular visión sobre algunos de los episodios más significativos del Antiguo Testamento: el abortado sacrificio de Isaac por Abraham, la destrucción de Sodoma y Gomorra, la batalla de Jericó o el diluvio universal, entre otros.

"Todos creen haber leído la Biblia, pero no la hemos leído. La lectura simbólica está hecha para mentir", añadió. "La historia de la humanidad es la historia de la muerte del hombre. El hombre siempre está muriendo".

Saramago precisó que la lectura de "Caín" no está reñida con la fe la gente, que, dijo, respeta en lo más profundo.

Y es que, en esta obra, equivocada o no, lo que late es la pasión por la verdad:

no se debe permitir que la verdad sea ofendida todos los días por los presumibles representantes de Dios en la tierra, a quienes en realidad sólo les interesa el poder

Algunos discrepamos de esta obra de Saramago y estimamos que en su crítica no concede la relevancia necesaria a los Salmos y los Profetas. Pero lo que no podemos es negar que aquí, como en el resto de su obra, Saramago no quiere calumniar. Aquí, como en el resto de su obra, Saramago de forma abierta, con nobleza, grita por la justicia.

Se nos ha ido un hombre honesto.
José Saramago, requiescat in pacem

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2 Responses
  1. Delia Gámez Says:

    Hola Amigas

    Saramago siempre me ha fascinado, desde el principio caí redonda por su obra, la cual considero como dice la frase la de un hombre honesto, nunca he creído que él sea ateo, con Caín me convencí que cree en Dios pero no el que describe la Iglesia, con la que si tiene serias diferencias, también cuestiona la visión y veracidad de los "profetas", desde el Evangelio quedo claro no le parecía que Dios fuera ese que describe la Biblia, finalmente no se trata de dejar de creer, sino de creer con conocimiento y con la verdad, realmente históricamente se ha creído con base en la ignorancia. Considero que a pesar de las diferentes opiniones que ejercemos con Saramago, ha sido y fue un escritor muy valioso, que aportó mucho a la literatura en cuestión de la condición humana, como en la caverna y el ensayo sobre la ceguera, disfruté mucho cada uno de sus libros extrañaré mucho sus aportaciones, saludos y hasta pronto


  2. Unknown Says:

    Tenia pendiente sumarme al duelo de haber perdido un escritor amigo de las perras. Saramago me ha hecho sentir lectora, he podido dialogar como con pocos autores sus libros. Creo que tiene el don de hacernos pensar, reir, sentir, no solo imaginar. Gracias a mis amigas perras por esas horas gratas de compartir a tan genial autor, quien seguramente ahora estara escribiendo su obra maestra, un abrazo, Pilar