Celia II


La reina en el palacio de las corrientes de aire es la segunda parte de la segunda parte. Es decir, poca conexión argumental con Los hombres que no amaban a las mujeres y acoplamiento perfecto con La chica que soñaba con el bidón…
En cuanto a nivel creemos que está en un escalón superior a La chica... e inferior a Los hombres... Si en su escala particular de cinco, Los hombres tendrían cinco estrellas, nosotros asignaríamos sólo tres a La chica. La razón es que Larsson se ve obligado a recurrir al efectismo –el silencio de Lisbeth- y a dosis explicitas de sexo y violencia para mantener el interés. Ese cambio de investigación y psicología de la primera parte, muy del aire de El silencio de los Corderos, desaparece en la segunda, convirtiéndose en novela negra pura y dura –para nosotros tres estrellas- y resurge con fuerza en La reina a la que otorgamos un punto medio –cuatro estrellas- debido a que el terror mental afecta a la mayoría de los personajes, desde Lisbeth, pasando por Erika –quien tiene un especial protagonismo, y alcanzando al mismo Blonqvist, a quien le ...

Sobre la trama poco diremos –basta con leer abajo la nota de la editorial, pero sobre la lectura sí. Las primeras cien páginas pasan voladas, las segundas cien páginas desesperan un poco. Larsson y su editor se empeñan en contarnos historias administrativas que sólo confunden y despistan. Pero a partir de la página doscientos vamos cuesta abajo en una montaña rusa loca hasta el mismísimo final, juicio incluido, comentarios sobre Gibraltar y sí, algo de sexo y violencia al final, pero sólo al final, justo antes de que a Lisbeth la ... Mantener el ritmo trepidante del final de la primera y de la segunda durante casi todo el libro tiene su mérito. Podemos decirles que anoche a la una de la madrugada, en la página seiscientos cincuenta leído todo de un tirón, el que uno se pregunte si seguir o no por el deseo de conocer el final dice mucho de un libro.

En su contra diremos que incluye decenas de páginas sobre organismos policiales secretos y sobre alarmas, más propias de un discurso del Senado que de este libro, lo que le hace perder ritmo en algunos momentos. Y que la acumulación de personajes nuevos, sumados a los antiguos marea un poquito.

Conclusión:

A quien no leyó el primero: que lea todos
A quien le gusto el primero le gustará el tercero si ha leído el segundo, claro.
A quien le gustó el segundo le encantará el tercero
A quien no le guste Millenium tiene en estas páginas otras muchas opciones placenteras donde disfrutar del placer de la lectura.

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