Celia II
Para mí la cuestión es concluyente: no hay por quién votar, ni siquiera por el menos malo —¿dónde está?— pues todos los candidatos son parte del mismo problema que prometerán resolver: beneficios para ti. Así que con mi conciencia cívica tranquila y mis obligaciones democráticas intactas votaré el 5 de julio por algunos muertos ilustres, aquellos que sí nos dieron patria, y negaré mi voto a quienes vienen deshaciéndola. Si esa decisión ciudadana, la única que tengo, lleva a otra crisis y debilita la frágil y estrambótica democracia vernácula, si lo aprovechan las agendas ocultas o sirve a los poderes fácticos, no me consideraré responsable pues de cualquier modo, con mi decisión o sin ella, tal cosa iba a pasar.

Fernando Solana - Milenio Diario 19/06/2009.

Leer artículo completo aquí.
Etiquetas: | edit post