Celia II

Herodes también fue niño


Es la noche del 30 de abril y en la televisión aparece una escena escalofriante: ante los féretros de dos niños asesinados, miembros de la familia berrean presas de un desconsuelo vacío de respuestas. Poco después, aparece la madre señalando que no fueron los narcos, sino los militares quienes ocasionaron esas muertes. Por su parte, los militares se defienden afirmando lo contrario. Y arranca la polémica a nivel nacional: un torneo de pedradas entre repartidores de culpas. Tal parece que a uno debiera tranquilizarle saber que el fuego infame vino de los villanos y no de los guardianes del orden, como si fuese un hecho deliberado, cuando lo único evidente al sentido común elemental es que se trata de un accidente estúpido, en mitad de una guerra estúpida motivada por una legislación estúpida. Darle vueltas al tema de si a esos inocentes los mató la granada de los malos o las balas de los buenos, conduce a discusiones bizantinas que pueden ayudar a aliviar la conciencia, no así la estupidez original. ¿O será que pensamos que combatir el síntoma elimina per se la enfermedad?

Espeluzna leer noticias como aquella de que “únicamente por precaución” ya se adiestra a los niños, en plazas de Chihuahua y Tamaulipas, a protegerse en caso de balacera, mediante simulacros donde aprenden a rodar por el piso y resguardarse. ¿Debería eso tranquilizar a sus familias? Vamos, si yo tuviera un hijo en esas condiciones ya estaría pensando en largarme de allí de cualquier forma, pero ésa no es opción para la mayoría; parece más plausible hacerse a la idea de vivir con la muerte encaramada y el Jesús en la boca, asumiendo que la vida es así y al fin y al cabo a todo se acostumbra uno. Sólo que en estos casos ni la muerte es bastante para ponerle fin a la zozobra. Escribe la española Judith Torrea, periodista y bloguera radicada en Chihuahua: “En Juaritos todo aquel que protesta o muere pasa a la lista —de las autoridades— de tener vínculos con el narcotráfico. Eso sí, sin investigar.”

Un cachito de Xavier Velasco (mi consen) para reflexionar el año que se nos acabó ya. Pueden leer el resto aquí, recuerden que es "Pronóstico del clímax", su columna que sale todos los lunes en Milenio.

2 Responses
  1. Cecy W Says:

    Querida Celia, he leído todo lo que has subido al blog y he estado pensando mucho en este tema. Esta columna de Xavier Velazco me ha dado otra perspectiva de lo que estamos viviendo sobre todo esa referencia sobre Stalin en su lucha contra Hitler me aclaró aún más este terrible panorama "...el dictador disponía de infinitas reservas de muertos en potencia...". Obviamente se refiere al Crimen Organizado, al narco... que mientras exista este negociazo de la droga, siempre habrá esta "reserva de muertos". Y yo sí pienso que somos el patio trasero o "el cuartel trasero" como lo dice él.
    Ahora me queda aún más claro que mientras nuestros vecinos y nuestro país no luchen por la legalización de la droga esto no va acabar nunca. Me preocupa que pasará después si se llega a legalizar, qué consecuencias traerá... pero con esta guerra lo único que ha pasado es que el precio de la droga ha subido aún más y es muy atractivo dedicarse a esto... el muertómetro seguirá subiendo, genete inocente seguirá muriendo, los que nos gobiernan seguirán corrompiéndose pues lo que les ofrecen es demasiado tentador... Yo no veo que los "gringos" vayan a cambiar y nuestro país está pagando un alto costo. ¿y entonces?, ¿qué opinan?, está de pensarse...


  2. Ceci Vega Says:

    Ceci W: Sin tener muchos elementos y con la poca informacipon que tengo acerca del problema del narcotráfico, he estado reflexionando y considero que es necesaria y es el momento de que México tome la decisión de legalizar las drogas, tal vez al principio el consumo se incremente, pero poco a poco se irá nivelando. Claro que para poder hacerlo, se tiene que planear una estrategia integral que se enfoque principalmente en la prevención, capacitación,educación, el deporte, la salud...Todos como sociedad, nos tendríamos que involucrar y organizar, no solo es tarea del gobierno, es de todos. En cuanto al nuestros vecinos, no podemos esperar a que ellos tomen la decisión, tenemos que empezar nosotros y ponerle un alto al muertometro.