Para honrar la sugerencia de mi estimada CeciliaP, una capsulita que inaugura la categoría "Perras Históricas" en nuestro blog. ¡Viva México!
Cierto momento de la historia de México pareció reconciliar pasado, presente y futuro: la Revolución mexicana (1910-1949); en realidad, expresaba la tensión de un país desgarrado entre su cultura tradicional (indígena, católica, española) y una apremiante vocación de modernidad.
A diferencia de otras revoluciones, la mexicana se organizó en torno a los carismáticos personajes que la guiaron: el espiritista Madero, prefiguración mexicana de Gandhi; el legendario Zapata, anarquista natural en busca de un paraíso mítico; el terrible Pancho Villa, sediento de sangre y justicia; el patriarca Carranza, que encauzó la lucha por vías constitucionales; el invicto general Obregón, enamorado de la muerte; el severo general Calles, reformista implacable, enemigo de la iglesia Católica, y el humanitario presidente Lázaro Cárdenas, militar con sayal de franciscano. A todos los impulsaba una similar vocación mesiánica, el deseo de liberar, educar, proteger, redimir al pueblo. Esta actitud, tan tentadora como peligrosa, no ha muerto. En México, la Revolución conserva todavía un prestigio mítico, un aura religiosa. El pasado no ha pasado; entenderlo es la única manera de superarlo.
Villa cabalga todavía en el norte, en canciones y corridos; Zapata muere en cada feria popular; Madero se asoma a los balcones agitando la bandera nacional; Carranza y Obregón viajan aún en aquellos trenes revolucionarios, en un ir y venir por todo el país, alborotando los gallineros femeninos y arrancando a los jóvenes de la casa paterna.
Todos los siguen: ¿adonde? Nadie lo sabe.
Es la Revolución, la palabra mágica, la palabra que va a cambiarlo todo y que nos va a dar una alegría inmensa y una muerte rápida. Por la Revolución el pueblo mexicano se adentra en sí mismo, en su pasado y en su sustancia, para extraer de su intimidad, de su entraña, su filiación.
"El Paisaje Mexicano huele a sangre" Eulalio Gutierrez, expresidente
De la colección Biografías del Poder de Enrique Krauze, contraportada del tomo "Caudillos de la Revolución". Leer textos completos aquí.
Celia, me gustó este texto, voy a leerlo completo... creo que deberíamos hacerle caso a Ceci Peraza y leer algo de novela histórica y comentarla, hablar de identidad, de desilusión, de esperanza (?), de cómo parece que seguimos atorados en la época revolucionaria entre caudillos e ingobernabilidad.
Un abrazo a todas las perracas.
Querida Gracie,
Villa cabalga todavía en el norte... Zapata muere en cada feria de pueblo... este texto es sin duda cautivante y seductor. A mi me encantó y por eso lo comparto con mis perramigas. En el menú de arriba en la página del link, también están las ligas a las biografías de cada uno de los caudillos. Todas son muy buenas, yo me acuerdo que en mi época chilanga fueron verdaderamente "revolucionarias".