Hace cinco años, la periodista Anabel Hernández, colaboradora de Reporte Indigo, inició en el llamado “Triángulo Dorado” de las borrascosas tierras de la Sierra Madre Occidental, una investigación sobre Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”. La investigación arrancó mucho antes de que este narcotraficante se convirtiera en el tema que atraería el interés de periodistas nacionales y extranjeros.
El libro “Los Señores del Narco”, publicado por Random House Mondadori bajo su sello de Grijalbo, es el resultado de la ardua investigación en la que se fue adentrando la periodista para conocer ese mundo oscuro, lleno de trampas, mentiras, traiciones y contradicciones por parte de todos los involucrados.
A lo largo de todo ese tiempo tuvo acceso a un cúmulo de testimonios, expedientes y fotografías que le permitieron reconstruir hechos inéditos que explican las verdaderas razones por las que hace casi 10 años se desató una guerra entre narcotraficantes que ya ha cobrado la vida de más de 40 mil personas.
“Los Señores del Narco” es la explicación no oficial del fenómeno de narcotráfico en México durante los últimos 30 años. Describe la forma en que ha ido evolucionando su interrelación con los gobiernos de Estados Unidos y México.
En su investigación, Anabel Hernández obtuvo de primera mano testimonios de policías, militares, funcionarios del gobierno de Estados Unidos, curas, sicarios y miembros del crimen organizado. A través de esos testimonios y de documentos inéditos revela con nombre y apellido quiénes son los verdaderos señores del narco en México. No sólo los que aparecen en los carteles de la PGR, la DEA y el FBI como los más buscados, sino los otros, los que dan protección a Guzmán Loera y su clan del Cártel de Sinaloa.
Se trata de empresarios, políticos, policías y militares que públicamente se muestran como personas honorables, pero en realidad integran el círculo de poder y complicidad del cártel más poderoso del continente. Entre ellos el controvertido narcocírculo del equipo más cercano del secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna.
Anabel Hernández también habló con conocedores del narcotráfico, como el doctor Edgardo Buscaglia, y con gobernantes que en su momento fueron acusados de ser parte de la red de protección del crimen organizado, como el general Jorge Carrillo Olea, quien concedió una entrevista exclusiva para el libro.
En la investigación se obtuvieron documentos de la CIA y la DEA, desclasificados apenas en la última década, que explican cómo los narcos mexicanos pasaron de ser simples sembradores de mariguana y amapola a sofisticados traficantes de cocaína y drogas sintéticas. Se rescataron copias de expedientes eliminados de los archivos de la PGR sobre dos empresarios que guardaban en su hangar los aviones de “El Chapo” Guzmán, Amado Carrillo Fuentes y Héctor “El Güero” Palma a principios de los años 90. Hoy son ilustres dueños de cadenas hoteleras, hospitales y periódicos.
Y la periodista se enteró de otra versión sobre el avionazo en el que murió el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño el 4 de noviembre de 2008. Se afirma que no fue un accidente, sino una venganza del narco por acuerdos no cumplidos.
Además, a través de los cientos de fojas que integran el expediente de la fuga de “El Chapo”, se pudo comprobar que el capo no se “fugó” de Puente Grande en el famoso carrito de lavandería, como el gobierno federal hizo creer a la opinión pública. El más poderoso jefe de jefes del narcotráfico, convertido en uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo según la revista “Forbes”, fue sacado del penal la mañana del 20 de enero de 2001 vestido de policía por funcionarios públicos del más alto nivel del gobierno de Vicente Fox.
A lo largo de todo ese tiempo tuvo acceso a un cúmulo de testimonios, expedientes y fotografías que le permitieron reconstruir hechos inéditos que explican las verdaderas razones por las que hace casi 10 años se desató una guerra entre narcotraficantes que ya ha cobrado la vida de más de 40 mil personas.
“Los Señores del Narco” es la explicación no oficial del fenómeno de narcotráfico en México durante los últimos 30 años. Describe la forma en que ha ido evolucionando su interrelación con los gobiernos de Estados Unidos y México.
En su investigación, Anabel Hernández obtuvo de primera mano testimonios de policías, militares, funcionarios del gobierno de Estados Unidos, curas, sicarios y miembros del crimen organizado. A través de esos testimonios y de documentos inéditos revela con nombre y apellido quiénes son los verdaderos señores del narco en México. No sólo los que aparecen en los carteles de la PGR, la DEA y el FBI como los más buscados, sino los otros, los que dan protección a Guzmán Loera y su clan del Cártel de Sinaloa.
Se trata de empresarios, políticos, policías y militares que públicamente se muestran como personas honorables, pero en realidad integran el círculo de poder y complicidad del cártel más poderoso del continente. Entre ellos el controvertido narcocírculo del equipo más cercano del secretario de Seguridad Pública federal Genaro García Luna.
Anabel Hernández también habló con conocedores del narcotráfico, como el doctor Edgardo Buscaglia, y con gobernantes que en su momento fueron acusados de ser parte de la red de protección del crimen organizado, como el general Jorge Carrillo Olea, quien concedió una entrevista exclusiva para el libro.
En la investigación se obtuvieron documentos de la CIA y la DEA, desclasificados apenas en la última década, que explican cómo los narcos mexicanos pasaron de ser simples sembradores de mariguana y amapola a sofisticados traficantes de cocaína y drogas sintéticas. Se rescataron copias de expedientes eliminados de los archivos de la PGR sobre dos empresarios que guardaban en su hangar los aviones de “El Chapo” Guzmán, Amado Carrillo Fuentes y Héctor “El Güero” Palma a principios de los años 90. Hoy son ilustres dueños de cadenas hoteleras, hospitales y periódicos.
Y la periodista se enteró de otra versión sobre el avionazo en el que murió el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño el 4 de noviembre de 2008. Se afirma que no fue un accidente, sino una venganza del narco por acuerdos no cumplidos.
Además, a través de los cientos de fojas que integran el expediente de la fuga de “El Chapo”, se pudo comprobar que el capo no se “fugó” de Puente Grande en el famoso carrito de lavandería, como el gobierno federal hizo creer a la opinión pública. El más poderoso jefe de jefes del narcotráfico, convertido en uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo según la revista “Forbes”, fue sacado del penal la mañana del 20 de enero de 2001 vestido de policía por funcionarios públicos del más alto nivel del gobierno de Vicente Fox.
Sin comentarios amigas, pero quien presenta este libro en la FIL es nada menos que el Dr. Buscaglia. Y algunas seguro ya conocen a Anabel por Reporte Indigo. Tomado de este blog.
Yo sí conozco a Anabel Hernandez, he leído sus artículos e investigaciones, creo que es una mujer valiente que trata de llegar hasta los orígenes de las cosas, creo que este es un libro interesante e cuanto a todos los datos que puede aportarnos y darnos una idea de cómo nuestros gobernantes y alguna parte de nuestra flamante clase empresarial son cómplices de todo este mugrero.
Hoy en la mañana escuché a Anabel quebrarse en una entrevista para la radio. Iba camino a levantar una denuncia por amenazas directas de gente de García Luna que atentan contra su vida. También Proceso es objeto de amenazas e intimidaciones por parte del gobierno a través de televisa.
Nada nuevo, y sin embargo duele saber que vivimos en un país que tiene "dueños y señores" que no admiten críticas ni opiniones diferentes. Los señores del narco están ya en todas partes.
Hola Amigas
Vengo llegando de LAFIL, Guadalajara y lamentablemente no pudimos entrar a la presentación de este libro ya que 45 min antes de que iniciara, se abarrotó y no permitieron la entrada de nadie más. Me pesó mucho pues fué la única presentación que se nos escapó de las que ya teníamos planeado asistir. fué impresionante la cantidad de personas que había y también la seguridad.
Pero LA VERDAD, LA VERDAD, lo que más me pesó es que este año, ninguna de las perras haya asistido a la mejor feria del libro que me ha tocado, ni siquiera mi perrihermana pudo asistir, ¡ NI HABLAR !